Mujeres, drones y manglares: La triple arma de Guyana contra el cambio climático

 Mujeres, drones y manglares: La triple arma de Guyana contra el cambio climático

Un dron captura la majestuosidad de los manglares en el tranquilo atardecer de Guyana.

En la pequeña y fascinante nación de Guyana, al norte de Sudamérica, un valiente grupo de mujeres indígenas está utilizando drones contra el cambio climático. Con sus conocimientos ancestrales y el uso de los más modernos drones, vigilan los densos manglares en busca de tala ilegal, a la vez que se preparan para recolectar muestras de suelo y detritus de los manglares. La finalidad es estimar la cantidad de carbono atrapado en estos remotos ecosistemas costeros, que tradicionalmente han sido inaccesibles para los científicos.

 

Guyana, un país cuya población vive principalmente en llanuras costeras situadas bajo el nivel del mar, depende de un sistema de defensa costero que se remonta a la época colonial. Por tanto, la labor de estas mujeres se considera fundamental para la protección del país.

 

El desafío del cambio climático en Guyana

El cambio climático se manifiesta en Guyana de forma especialmente intensa. Un informe del Banco Mundial advirtió que el impacto del aumento del nivel del mar y la intensificación de las tormentas sería uno de los mayores del mundo, poniendo en riesgo la totalidad de la agricultura costera del país y más del 66% de las áreas urbanas costeras.

 

La amenaza es tan tangible que, en el pasado, la comunidad de Almond Beach tuvo que ser reubicada después de que el océano devorara sus palmeras y amenazara sus edificios esenciales. Con una población que una vez fue de 280 personas, apenas tres docenas permanecen después de que una gran franja de tierra se hundiera bajo el agua.

 

El boom petrolero y sus riesgos medioambientales

Paralelamente a estos desafíos, Guyana está experimentando un boom petrolero que está generando crecientes preocupaciones. Se espera que para 2027 el país sea el cuarto mayor productor de petróleo offshore del mundo, lo que plantea interrogantes acerca de posibles vertidos de petróleo y la contribución de esta industria al cambio climático que amenaza al propio país.

 

Mujeres indígenas con drones en los manglares de Guyana.
Mujeres indígenas en Guyana listas para volar sus drones sobre los vitales manglares.

 

Drones y manglares, un reto para la conservación

Este contexto difícil es el que enfrentan estas intrépidas mujeres indígenas. Con sus drones, han comenzado a inspeccionar un área de alrededor de 47.000 hectáreas que incluye 14.000 hectáreas de manglares, el mayor ecosistema de bosque de manglares de Guyana. Los manglares actúan como un amortiguador natural contra el aumento del nivel del mar y ayudan a proteger contra la erosión costera. El suelo en el que crecen también absorbe grandes cantidades de carbono que de otro modo contribuirían al calentamiento del planeta.

 

A finales de este año comenzarán a recoger datos sobre cuánto carbono están almacenando los ecosistemas costeros alrededor de sus aldeas. El objetivo es cuantificar la cantidad de carbono que almacena este paisaje, no solo los árboles. Conociendo este dato básico, podrían impulsarse la protección de esta zona y posiblemente programas similares a la estrategia de desarrollo de bajo carbono iniciada en 2009 para proteger los bosques de Guyana.

 

Dron volando sobre los manglares de Guyana al atardecer
Las vidas que protegemos: un dron sobrevuela las aldeas indígenas de la costa de Guyana.

 

Las amenazas a los manglares y las soluciones en marcha

Además del cambio climático y la explotación petrolera, los manglares de Guyana se enfrentan a otras amenazas, incluyendo la tala ilegal de manglares, incendios, construcciones ilegales y contaminación de combustible en los ríos. Las mujeres están utilizando drones para monitorear estas amenazas en la región del Pasaje Barima-Mora, en el norte de Guyana.

 

Su trabajo se suma a los esfuerzos de conservación anteriores, que incluyeron la replantación de unos 11 kilómetros de manglares en Guyana como parte de una asociación con la Unión Europea hace aproximadamente una década. Esta replantación condujo a la regeneración natural de casi otras 1.000 hectáreas de manglares.

 

La esperanza en medio de los desafíos

A pesar de los enormes desafíos, estas mujeres indígenas y el pueblo de Guyana en general se mantienen firmes. Siguen comprometidos con la protección de sus preciosos recursos naturales y con el uso de tecnología de punta para ello. Los drones se han convertido en una valiosa herramienta en esta lucha y, en manos de estas mujeres, representan una esperanza para el futuro de Guyana en medio de la adversidad del cambio climático.

    Noelia Jiménez

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